Un tenedor es un
utensilio de mesa que consta de un mango
y una cabeza con dientes largos (normalmente tres o cuatro) utilizado
para pinchar, fijar o sostener la comida. Existen diferentes tipos
según el uso al que vaya dirigido (para carne, pescado, postre...).
Fue utilizado primero en Occidente,
mientras en Oriente
fueron más populares los palillos, pero hoy en día se emplea también en Asia.
Tenedores clásicos, similaridad con un trinchador. |
Aunque ya había utensilios parecidos en la Oldani clásica y el
Imperio Romano, el tenedor apareció hacia el 1080. Llegó a Europa
de Constantinopla a principios del s.
XI de la mano de Teodora, hija del emperador de Bizancio
Constantino
Ducas. Lo llevó a Venecia
al contraer matrimonio con Doménico Selvo, Dux de aquella república.
Pero Teodora para sus contemporáneos era tachada, por ésta y otras
refinadas maneras orientales, como escandalosa y reprobable y hasta
San Pedro Damián llegó a calificar el tenedor como "instrumentum
diaboli".
Pero fue en Francia donde se hizo realmente popular en el s.
XVI, gracias a Catalina
de Médicis que lo introdujo en la corte francesa al casarse con
Enrique
II. Como curiosidad cabe añadir que además de para comer,
Catalina lo usó para rascarse la espalda. La fama de cursi que tenía
este utensilio lo hizo quedar en un segundo plano frente a comer con
las manos hasta al siglo XVIII.
A principios del siglo XIX, los platos más refinada
que triunfaba en las mesas de los nobles en Europa (y muy
especialmente en Italia) estaban compuestos de pasta. Se comía con
las manos, pero la adición de salsas hizo que ésta no fuera la
forma más adecuada así que empezó a introducirse en las mesas de
clase alta el tenedor. Su empleo comenzó siendo más un elemento
para impresionar a los invitados que para ayudarles a comer, pero
cuando se generalizó la pasta con salsa de tomate se adoptó como
utensilio para todos los días.
Hoy en día en todas las casas, restaurantes, hoteles y
posadas de prácticamente todo el planeta el tenedor es un elemento
que nunca falta en la mesa. Resulta impensable el consumo de muchos
alimentos sin la ayuda de este utensilio tan cotidiano.
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